Lo primero que hago es preparar los frascos de cristal. Tanto si son nuevos como si aprovecho los que tengo guardados. Los lavo muy bien con jabón y agua caliente y los aclaro con agua fría. Los esterilizo a la vez que hago la mermelada.
Limpio un kilo 250 g. de zanahorias.
Las corto en trozo, las cubro con agua y las cuezo en la olla a presión durante quince minutos (en la olla ultrarrápida), si es de las ollas normales, cuécelas diez minutos más.
Una vez cocidas lo paso todo a una cazuela grande, y vierto el zumo de una naranja y el zumo de medio limón y 950 g. de azúcar. Vuelvo a poner al fuego la cazuela y dejo que cueza quince minutos, removiendo de vez en cuando.
En este punto pones a estirilizar los frescos y las tapas en una cazuela grande. Los cubres con agua y dejas que cuezan, a partir de que rompa el hervor, quince minutos a fuego vivo.
Transcurridos los quince minutos de cocción de las zanahorias con el azúcar, trituro las zanahorias con el brazo de la batidora, agrego el zumo del otro medio limón y mantengo la cocción unos veinte minutos más a fuego medio hasta que compruebo que la mermelada está en su punto. Coge un poquito con una cucharita y la pones en un platito. Cuando se enfría ves que se queda espesita y no se dispersa por el plato.
Una vez que los frascos ya han hervido el tiempo necesario los sacas con unas pinzas y los colocas boca abajo sobre un paño limpio igual que las tapas, boca abajo.
Cuando la mermelada ya está en su punto, lleno los frascos, dejando un poquito de espacio libre, cierro con sus tapas rápidamente, aprieto mucho y les doy la vuelta para que hagan el vacío. Las dejo 24 horas. Transcurrido este tiempo, compruebo que las tapas no se abren. Limpio los frascos y los etiqueto.
Si voy a regalar le pongo al frasco un papelito gracioso con una cinta alrededor y es un detalle muy personal.