Es una de las cinco cualidades organolépticas que tienen los alimentos sólidos y líquidos, que se aprecia por el olfato. Es la segunda cualidad que se aprecia junto con el aspecto externo, que se valora por la vista, de aquello que se va a degustar o a beber. Su importancia es tal, que simplemente por el hecho de que algo huela bien o mal, lo vamos a apreciar o a rechazar.
Los aromas son además un disparador de recuerdos personales; hay olores que van unidos a un determinado momento de la vida y que quedan grabados para siempre en la memoria, para bien o para mal. un ejemplo de la importancia del olor, está perfectamente narrado en la novela El perfume de Patrick Süskin, publicada por primera vez en 1985 y que fue un auténtico best-seller.