Es una de las setas más bonitas y con fama justificada de ser una de las más exquisitas. Muy difícil de encontrar, en cualquier caso. Sombrero carnoso y hemisférico, de tamaño grande (a veces de veinte centímetros de diámetro) y de color naranja vivo o incluso rojizo. El margen del sombrero suele tener numerosas estrías. Las láminas son anchas y de color amarillo claro.
Pie de color amarillo igual que las láminas y con anillo membranoso y estriado. Volva blanca, amplia y membranosa.
Su carne, además de deliciosa, es blanca amarillenta.
Cuando se encuentra será en bosques mixtos y despejados desde finales del verano y durante todo el año. Prefiere bosques de robles y castaños, en terrenos silíceos.
Desde Roma (de ahí su nombre) se considera la estrella de las setas, pero es muy delicada, por lo que hay que consumirla el mismo día que se recoja. Culinariamente precisa un mínimo golpe de calor y tratarla con mucho mimo.
Hay otras setas de la familia de las Amanitas que son muy venenosas e incluso mortales, así que, a no ser que se conozcan perfectamente, siempre hay que asegurarse que lo que llevamos en la cesta, además de un tesoro culinario, son amanita caesarea.
La imagen, es un dibujo del pintor y dibujante Francisco Martín Dominguez, que hace cedido a La Cafetera.