Diccionario de la A a la Z

Color rojo en la alimentación:

Color rojo, binario (mezcla de los primarios púrpura y amarillo)  y cálido por excelencia. En la naturaleza está presente en la sabana y en la meseta.

 

Productos de la huerta y el campo: tomates, pimientos rojos, cerezas, frambuesas, grosellas, fresas. La mayor parte de las verduras y frutas rojas aportan vitamina C, beta carotenos y potasio. El tomate, por su parte, contiene el licopeno, el principal enemigo de las células cancerígenas.

 

Otros alimentos rojos: carnes rojas y atún rojo. Aportan proteínas, y en el caso de la carne roja es recomendable para obtener hierro y evitar la anemia ferropénica.

 

Un apartado especial es el formado por algunos mariscos y crustáceos  que crudos son grisáceos  pero que al cocinarlos se transforman en color rojo de diversas tonalidades muy atractivas; así el centollo, la langosta, el bogavante, los langostinos, las gambas, los carabineros, las cigalas, los cangrejos de mar (también los cangrejos de río), que aportan proteínas, vitamina B y abundantes microminerales.

 

El vino tinto, de un color rojo amortiguado por la oxidación del mosto, su permanencia en barrica y posteriormente en botella, se apreciará mejor siempre en copa de cristal transparente. Excelente su consumo diario en una dosis de una copa en las comidas, por tener efectos beneficiosos para el corazón y la circulación sanguínea. Las uvas rojas y tintas comidas frescas, tienen efectos antioxidantes y es una buena fuente de potasio, azúcares en unas cantidades muy recomendables.

 

Hay otros alimentos que exteriormente son rojos, por efecto del sol , pero interiormente su pulpa es blanca o amarillenta que es lo que realmente marca su valor nutritivo. Un ejemplo claro es la manzana, que las hay desde la que tienen la piel de color rojo intenso pasando por la amarilla, la verde clara y brillante, la verde oscura y hasta casi marrón. Este color servirá para identificar la variedad a la que pertenecen, pero una manzana de piel roja no aportará las propiedades nutritivas que una fruta u hortaliza roja entera.

 

Es muy común encontrar este color presente en detalles y apliques de las cocinas  o en los utensilios de cocina,  porque las personas relacionan el rojo con el sabor y el apetito. El rojo excita nuestro sentido del apetito pero sin llegar a saturarlo, como a lo mejor ocurriría con colores verdosos o anaranjados, que pueden resultar mucho más irritantes. Esta relación del rojo con el sabor tiene su origen en el principio de los tiempos, ya que es importante recordar que la dieta de los humanos, cuando se practicaba el canibalismo,  la sangre formó parte de su alimentación durante miles de años.

 

Tal y como se ha demostrado científicamente, los alimentos de color rojo son los más atractivos para el ser humano, pero en los últimos años, el rojo ha dejado de ser representante de vitalidad y se torna como algo violento y desagradable, relacionándolo más con la violencia que con sus propiedades alimenticias.

 

A pesar de todo, una nota de rojo (fresas con champagne por ejemplo) en platos y bebidas indicará erotismo, atractivo sexual y seducción.  Además el rojo es muy adecuado para convertir su agresividad en dulzura con la elaboración de numerosos dulces (mermeladas, jaleas, siropes, helados, sorbetes).

 

En la alimentación elaborada se mezcla y/o se acompaña el color rojo (caliente) con colores fríos y el blanco.

 

Combinaciones culinarias con colores calientes-fríos:

-          Ensalada de lechuga verde (frío), con tomate (caliente), cebolla (blanco).

-          Gazpacho: tomate (caliente), pan (blanco), pimiento verde (frío) pepino sin piel (blanco).

-          Ragú de carne: carne roja (caliente) patatas (blanco) cebolla (blanco).

-          Mermelada de frutos rojos: frutos rojos (caliente) y azúcar (blanco).

-          Mermelada de tomate: tomate (caliente) y azúcar (blanco).

-          Ensalada de pimientos rojos: pimientos rojos asados (caliente) bacalao desalado (blanco), aceitunas verdes-negras (frío).

-          Arroz (blanco) con salsa de tomate frito (rojo) y huevo frito (blanco y amarillo).

 

Las combinaciones dan lugar a que se complementen los alimentos para que el aporte nutritivo sea más completo; así los cereales y patatas aportan hidratos de carbono; la carne y huevos aportan proteínas; el azúcar, energía y las verduras de hoja verde fibra y agua.

Ver La Cromoteraia, su valor en la alimentación.