Caza:

Se clasifica en caza mayor (jabaliés, venado, corzo..) y en caza menor (conejos, liebres, pedices, faisanes, patos, codornices) y ésta a su vez se suele clasificar en caza de pelo (conejo y liebre) y caza de pluma(pato, faisan, perdiz, codorniz, becada).

Aportan entre 110 a 130 calorías por cada 100 g. que se incrementan por el añadido de aceites, grasas y otros ingredientes para su elaboración.

La caza menor se vende por piezas y la mayor en los diferentes cortes aptos para cocinar ya que algunas partes son más duras y se destinan a embutidos y patés.

La caza en general precisa de aporte de grasa ya que su carne apenas la tiene. Las hierbas aromáticas para la caza son las clásicas de romero, tomillo, orégano, laurel y las especias son la pimienta negra y el clavo. Juega con ellas según tu gusto, pero como siempre hay que recordar que el encanto de las hierbas y especias está en que su aroma esté presente pero sin invadir el conjunto. Las hierbas aromáticas secas aportan el doble de sabor que las frescas, ya que las secas al estar deshidratadas tienen el sabor mucho más concentrado.

Aunque muchos abogan porque la caza quede sangrante en algunas ocasiones, lo cierto es que se digieren mucho mejor sí están hechas en su punto; en general la caza es fibrosa y hay que darle un buen punto de cocción para que no resulte seca.

En el otoño hay abundancia de setas y muchas de sus variedades son estupendas compañeras de la caza.