- Lava con agua fría los membrillos cepillando la piel.
- En una cazuela vierte abundante agua y calienta a fuego vivo.
- Cuando el agua esté hirviendo agrega un número de membrillos adecuado de forma que se puedan cocer bien. Deja que cuezan hasta que veas que la piel empiece a abrirse. Comprueba que la pulpa está tierna.
- Sácalos con una espumadera a una fuente y sumerge en el agua más membrillos si hiciera falta.
- Pela en caliente los membrillos que acabas de sacar de la cazuela.
- Corta la pulpa en trozos y pásala por un pasapurés a un recipiente.
- Cuano tengas la pulpa de todos los membrillos cocidos y pasados por el pasapurés, pésala y pásala a una cazuela.
- Agrega la misma cantidad de azúcar que el peso de la pulpa de membrillo.
- Vierte el zumo de un limón y si te gusta el trocito de canela atado con un hilito para que no se astille.
- Pon a cocer a fuego suave removiendo constantemente hasta que empiece a hervir suavemente.
- A los veinte minutos de cocción, cuando ya el azúcar no se note y esté muy espeso el membrillo viértelo en latas de paredes bajas o en recipientes aptos para el frío .
- Deja que se enfríen antes de tapar los recipientes elegidos.