- La víspera pon a remojo los garbanzos en agua fría.
- Al día siguiente elimina el agua de remojo .Coloca los garbanzos cubiertos con abundante agua, las dos zanahorias raspadas y cortadas en dados y sal. Cuece con la cazuela tapada hasta que estén tiernos. (Lo ideal es que los cuezas en la olla a presión ya que reducirás mucho el tiempo de cocción)
- Lava las coles y ponlas a cocer en agua con sal. Una vez cocidas escúrrelas bien.
- Pela la patata, lávala y córtala en daditos muy pequeños y agrega al guiso pero cuando los garbanzos estén casi cocidos.
- Una vez que estén cocidas las patatas agrega las coles ya cocidas.
- En una sartén pequeña, vierte 150 ml. de aceite y a fuego muy suave pocha el diente de ajo pelado, sin que se queme pero que quede blando. Pasa el diente de ajo al mortero.
- En ese aceite fríe las rebanadas de pan y pásalas también al mortero.
- Agrega la yema del huevo cocido y machaca hasta hacer una pasta.
- Agrega el aceite que haya quedado en la sartén y vierte todo en el guiso.
- Finalmente añade la clara de huevo cocida picadita.
- Mantén la cocción, siempre a fuego suave y remueve de vez en cuando para evitar que se pegue.
(*) Si cueces los garbanzos en la olla a presión normal tardarán una hora y si los cueces en la superrápida se cocerán en treinta minutos. Te ahorrarás por lo tanto más de una hora de tiempo de elaboración de la receta.
Es una versión del clásico potaje de vigilia en el que las espinacas se han sustituido por las coles.