Moras:

Son los frutos silvestres (o cultivados) de la zarzamora, que es una planta que crece de forma natural. Las moras pasan desde el color verde, al rojo y definitivamente al negro-morado oscuro que es cuando están en su punto para recogerlas. Es bien entrado el mes de Septiembre cuando están en su punto exacto de madurez. (Hay otro tipo de moras que proceden de árboles, las moreras, (morus alba y morus nigra), cuyas hojas sirven de alimento a los gusanos de seda. )

Una vez recogidas, se conservan muy bien dos o tres días en el frigorífico y admiten la congelación perfectamente poniéndolas en recipientes rígidos (de plástico o de aluminio). Antes de consumirlas se lavan con agua fría poniéndolas en un colador amplio. Se deja caer el agua y se dejan escurrir bien.

Con las moras se preparan mermeladas, jaleas, licores, helados y otro tipo de elaboraciones saladas, sobre todo para incluir en salsas para caza.

Como tienen en su interior unas semillitas muy pequeñas y pueden resultar molestas para elaborar mermeladas, helados o confituras, previamente se pueden licuar o triturarlas en un robot y después pasarlas por un colador amplio ayudándote de la maza del almirez para que pase la pulpa limpia de forma más rápida.

Sus propiedades nutritivas son que aportan vitamina A y vitamina C y calcio. Aportan 60 calorías por cada 100 g.

Como curiosidad, en el refranero español se dice; la mancha de una mora con otra mora se quita. Con la advertencia de que una mancha de mora en la ropa es muy difícil de quitar y que para nada hay que frotarla con otra mora, el refrán lo que quiere decir que la mancha que deja un amor fallido, se elimina en cuanto llega otro amor.