- Calienta dos litros de agua en un puchero alto con una cucharada de sal y otra cucharada de aceite.
- Cuando rompa el hervor agrega los fettucine y cuando vuelva a romper el hervor cuece siete minutos.
- Escurre la pasta hasta que quede muy seca y pásala a una fuente.
- Mientras tanto corta el jamón en tiras no muy finas y reserva.
- En una cazuelita vierte agua y agrega un pellizco de sal.
- Cuece a fuego vivo, y cuando a la pasta le queden dos minutos empieza a escalfar los huevos, de uno en uno.
- Para ello casca un huevo justo en donde el agua haga borbotón fuerte y cuando empiece a cuajarse la clara con una espumadera recógela hacia el centro.
- Cuando la clara esté blanca saca el huevo con una espumadera a un plato liso. La yema deberá quedar muy blanda, sin que quede cuajada. Haz lo mismo con los otros tres huevos.
- Si quieres para que te queden más bonitos puedes recortar los flecos de la clara.
- Calienta dos cucharadas de aceite en una sartén a fuego vivo y saltea el jamón unos segundos y vierte sobre la pasta mezcla bien.
- Espolvorea con dos o tres vueltas de molinillo con pimienta negra.
- Distribuye en cuatro platos y coloca encima un huevo escalfado.
- Sirve al momento.
La pasta nunca debe esperar a la salsa, sea cual sea. Así que en este caso hay que organizarse para hacer todo a la vez. En total se tarda veinte minutos. En otro tipo de platos de pasta siempre se hace la salsa primero y después se cuece la pasta.
Agregar aceite al agua de cocción de la pasta no es siempre bien acogido, es más, se opina que no hay ponerlo, pero lo cierto es que la suaviza mucho. Pero en cualquier caso, no es obligatorio.