.
- Compra el bacalao en un trozo. Lávalo al chorro del agua fría quitándole toda la sal adherida y ponlo en remojo en abundante agua fría durante 48 horas cambiando el agua cada 12 horas.
- Coloca los trozos de bacalao ya desalados sobre papel absorbente de cocina. Quita las espinas con una pinza comprobando con los dedos que no queda ninguna.
- Corta el bacalao en trozos iguales de un tamaño medio.
- Vierte la mitad del aceite en una cazuela de barro y agrega los tres dientes de ajo pelados pero enteros.
- Pon la cazuela a fuego muy muy suave durante quince minutos sin que se quemen los ajos.
- Coloca los lomos de bacalao con la piel hacia abajo o hacia arriba en el aceite. Mantén el fuego muy suave espera a que empiecen a subir a la superficie chispitas blancas de la gelatina. En este momento empieza a mover la cazuela con suavidad de arriba a abajo y de izquierda a derecha.
- Cuando veas que espesa vierte poco a poco el resto del aceite sin dejar de mover la cazuela.Debes mantener este movimiento hasta que la salsa espese como si fuera una salsa mayonesa.
- Sirve al momento.
Si te gusta un cierto toque de picante, agrega una o dos cayenas junto con los ajos.