- El día anterio mezcla en una jarra el vino, 250 g. de azúcar, el palito de canela y las pieles de los cítricos.
- Remueve con una cuchara de palo de vez en cuando para conseguir que el azúcar se disuelva bien.
- Reserva hasta el día siguiente.
- Coloca las rebanadas de pan en dos fuentes y riega con el vino (removerlo bien antes de utilizarlo) procurando que todas queden empapadas.
- Bate los huevos hasta que queden espumosos.
- Calentar abundante aceite en una sartén ampli a fuego medio.
- Pasa las rebanadas de pan en los huevos batidos ayudándote de una espumadera y coloca tres, no más, en el aceite caliente.
- Cuando los bordes estén dorados, dales la vuelta y a los dos minutos sácalas a una fuente donde habrá una capa de la mezcla de canela y azúcar.
- Espolvorea la superficie de las torrijas con más azúcar y canela.
- Termina de freír todas las rebanadas de pan.
Estas torrijas de vino no las deben consumir los niños.
El aceite que sobre de freir las torrijas no lo podrás reutilizar.
Recuerda que los aceites usados los deberás de poner en envases especiales para reciclar.