- Corta las cebollas en rodajas finas.
- En una sartén pon la mantequilla, los aros de cebolla y sal. Dora ligeramente las cebollas y añade la harina, removiendo bien para evitar grumos.
- Vierte el caldo caliente poco a poco y pasa todo a una cazuela.
- Cuece a fuego medio durante unos minutos, moviendo de vez en cuando con una cuchara de palo hasta que el caldo haya alcanzado un ligero espesor. Rectifica el punto de sal.
- Tuesta las rebanadas de pan.
- En cuatro cazuelas de barro o cerámica individuales coloca dos rebandas de pan, sopa de cebolla y espolvoera con queso rallado.
- Mete al horno las cuatro cazuelitas a 200ºC durante quince-veinte minutos hasta que el queso se deshaga y se forme una delicada capa dorada.
- Sirve recién sacadas del horno.
Si quieres bate dos huevos con sal y una pizca de pimienta y distribuye entre las cuatro cazuelitas, por encima el queso rallado y gratina.
Agrega a la sopa antes de gratinar unos trocitos de jamón serrano muy picadito.