- Bate los huevos con el azúcar hasta conseguir una mezcla consistente y que al levantar las varillas y dejar caer el batido se forme una hebra fuerte y que no se rompa.
- Vierte el aceite nuevo, frito y frío. Agrega los anises tostados y machacados, el aguardiente y la harina mezclada con la levadura y una pizca de sal. Forma una masa blanda y con las manos untadas de aceite forma doce partes y con cada una de ellas haz una bola.
- Aplasta cada bola y haz en el centro un hueco y colócalas en la bandeja del horno forrada con papel antigrasa. Déjalas reposar una hora.
- Transcurridos 45 minutos, calienta el horno a 220ºC durante quince minutos. Bate un huevo y barniza la superficie de las doce rosquillas.
- Hornea las rosquillas durante doce minutos. Sácalas del horno y ponlas en una fuente para que se enfríen.
- Prepara el baño: mezcla en un recipiente el azúcar glas, la clara de huevo y el zumo de limón. Bate durante diez minutos, o el tiempo necesario, con un tenedor de madera hasta que blanquee la mezcla. Vierte el aguardiente y una cucharadita de agua.
- Sumerge las rosquillas en este baño y colócalas de nuevo en la bandeja del horno y las pones en el horno, pero a menos de 50ºC y con la puerta abierta .
- Vigílalas para que no se quemen.
Estas rosquillas a veces se equivocan con las de santa Clara, pero el glaseado de éstas es muy blanco y forma picos.
El número de rosquillas va a depender del tamaño que se haga con la masa al hornearlas.