- En un cuenco pon un huevo entero y una yema y bátelo con varillas hasta que quede muy espumoso.
- Agrega poco a poco la harina hasta que se haga una pasta fina y homogénea como una natilla espesa. Añade la levadura en polvo y remueve bien.
- Cubre esta mezcla con papel film transparente y guárdalo en el frigorífico. Reserva la clara sobrante.
- Raspa las zanahorias y córtalas en lonchas muy finas con el pelapatatas. Aprovecha sólo las lonchas extraídas de la parte central de las zanahorias que serán las más anchas y más largas.
- Escáldalas en agua hirviendo cinco minutos. Escúrrelas y reserva.
- Corta por la mitad las cebollitas. Corta el jamón en dieciséis tiras anchas. Envuelve cada media cebollita con una tira de jamón.
- Enrolla en una tira de zanahoria una cebollita envuelta con jamón. Sujeta cada rollito con un palillo.
- Vierte abundante aceite de oliva en una sartén honda y ponlo a calentar a fuego medio-alto.
- Saca del frigorífico la pasta de harina y huevo y añade la clara batida a punto de nieve muy fuerte. Mezcla bien.
- Rápidamente pasa por harina los rollitos sacudiendo la sobrante y a continuación sumérgelos en el batido. Fríelos en el aceite caliente hasta que estén dorados y abuñolados.
- Sírvelos recién hechos sin quitar los palillos.
Las cebollitas encurtidas tienen un tamaño muy bueno para hacer este tipo de pinchitos.