- Pela las gambas y pon las cáscaras y cabezas en una cazuela. Reserva las gambas peladas.
- Vierte en las cáscaras una cucharada de aceite y sofríelas a fuego medio, sazonando con sal. Cuando estén muy pochadas vierte el caldo de pescado y cuece a fuego medio que lo mantendrás hasta que termines de hacer el risotto.
- En un puchero mediano, que tiene menos diámetro que una cazuela, vierte el resto del aceite y agrega la cebolla o escalonias picaditas y sal.
- Sofríe a fuego suave, removiendo de vez en cuando para evitar que se queme.
- Mientras tanto limpia los champiñones y córtalos en trozos no muy pequeños. Reserva.
- Cuando la cebolla esté doradita, agrega el arroz y rehógalo dos minutos sin dejar de remover.
- Vierte el vino blanco.
- Remueve un minuto y partir de este momento y a fuego vivo vierte dos cazos de caldo hirviendo y colado y remueve constantemente.
- Según se va absorbiendo el agua vierte caldo hirviendo con un cazo.
- La técnica es remover y agregar caldo según se va absorbiendo pero que nunca se quede seco.
- Cuando lleve cociéndose el arroz quince minutos agrega las gambas peladas y comprueba el punto de un grano de arroz. Si está tierno y el centro del grano está un poquito firme, quedará un minuto más de cocción.
- En este momento agrega dos cucharadas de queso rallado y la mantequilla.
- Mezcla bien y sirve al momento.
Se puede preparar con langostinos.