- Lava con agua fría los trozos de pollo y elimina restos de grasa, pieles, plumas y comprueba que no hay huesos astillados.
- Escurre los trozos de pollo sobre papel absorbente de cocina.
- Sazónalos con sal y enharínalos sacudiéndolos para eliminar la sobrante.
- Vierte cinco cucharadas de aceite en una cazuela y calienta a fuego vivo.
- Dora los trozos de pollo por ambos lados y pásalos a una fuente.
- Retira dos cucharadas del aceite en el que se ha frito el pollo y elimínalo.
- Agrega a la cazuela la cebolla muy picadita, las zanahorias raspadas, lavadas y cortadas en rodajitas y sal.
- Baja el fuego y tapa la cazuela. La cebolla deberá pocharse hasta que quede muy suave y semidorada.
- Vuelve a poner los trozos de pollo en la cazuela, las ciruelas pasas, las pasas, el vino tinto, el brandy, el chocolate y sal.
- Mueve la cazuela unos segundos y vierte agua hasta cubrir los trozos de pollo. Rectifica el punto de sal y cuece a fuego suave con la cazuela tapada al menos cuarenta minutos.
- La salsa deberá quedar espesita. Agrega los piñones. Apaga el fuego y deja reposar una hora. - Calienta de nuevo a fuego suave y sin dejar mover la cazuela.
- Sirve.
Si una vez que haya reposado ha quedado demasiado aceite en la superficie pasa por encima servilletas de papel y absorberán todo el aceite sobrante. Puedes quitar la piel a los trozos de pollo que es donde más grasa se acumula. El caparazón del pollo lo puedes congelar y utilizar para preparar un caldo de ave con otros ingredientes. Aporta mucho sabor.