- Pon las pochas en una cazuela amplia cubiertas con agua fría y el diente de ajo entero y sin pelar.
- Cuece a fuego mediano y cuando rompa el hervor vierte un poco de agua fría. Repite esta operación tres veces.
- Mantén la cocción siempre a fuego medio-suave y agregas agua fría si hiciera falta hasta que estén tiernas.
- Mueve la cazuela de vez en cuando para que el caldo vaya espesando.
- Cuando ya estén tiernas, calientas el aceite en una sartén pequeña, agregas el pimentón, remueves rápidamente y lo viertes en las pochas.
- Sazona con sal.
- Mantén la cocción suave hasta que el caldo se trabe; tardará unos quince-veinte minutos.
- Deja reposar diez minutos y sirve. Acompaña con unas guindillas verdes puestas en una bandejita parte.
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Es una manera muy elemental de preparar las pochas, pero es la mejor manera de saborearlas. Le puedes añadir una cucharada de salsa de tomate para que diluya en el caldo y en lugar de agua, cuécelas con caldo de ave suave.