- Desgrana las pochas y ponlas en una cazuela amplia.
- Vierte agua hasta cubrirlas y un poco más, así como el diente de ajo.
- Elimina el tallo de los pimientos, ábrelos por la mitad a lo largo y quita las semillas. Lávalos y ponlos en la cazuela con las pochas.
- Ponlas a cocer a fuego medio suave. No interesa que se hagan a fuego vivo.
- Medio tapa la cazuela y controla que no se quede sin agua. Si hiciera falta añade agua fría (un vaso cada vez) y mueve la cazuela cogiéndola por las asas.
- Estará tiernas en media hora aproximadamente. Sazónalas con sal y retíralas de momento del fuego.
- Saca los pimientos y raspa la pulpa con una cucharita y añádela a las pochas.
- Corta en trocitos la chistorra y fríelos en el aceite hasta que la piel quede frita, pero no excesivamente. Agrega el pimentón, remueve rápidamente y vierte todo sobre las pochas.
- Vuelve a poner las pochas al fuego mínimo, y mueve la cazuela para que el caldo se trabe. Este tiempo de cocción será el justo para que el caldo engorde.
- Apagar y lo ideal es que repose dos horas, se vuelven a calentar a fuego mínimo y se sirven.
- Justo antes de servirlas, corta en rodajas la morcilla y fríelas en una sartén con un poquito de aceite. Las puedes poner encima de las pochas o bien poner las rodajitas de morcilla en una fuente pequeña.
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Otra posibilidad es pochar en una sartén con un poquito de aceite, medio puerro, la parte blanca, cortada en juliana, medio pimiento verde italiano y una zanahoria pequeña rallada. Cuando estén las verduras tiernas las vuelcas en las pochas y se terminarán de hacer cociendo todo junto unos minutos.