- Unta con mantequilla y espolvorear con harina un molde alargado, tipo cake.
- Calienta el horno a 180ºC.
- Casca las nueces y pícalas, reservando algunos trozos más grandes.
- Bate la margarina y las dos clases de azúcar con las varillas eléctricas hasta que quede a punto de pomada y de color casi blanco.
- Agrega las yemas de huevo de una en una y mezclando con cuchara de madera.
- Pasa por un cedazo la harina junto con la levadura dejándola caer sobre el batido de margarina.
- Mezcla con cuchara de madera y añadelas nueces picadas.
- Montar las claras a punto de nieve fuerte añadiendo una pizca de sal al final y sigue batiendo unos minutos más, siempre con las varillas eléctricas.
- Agrega las claras a la masa y mezcla con movimientos envolventes con ayuda de una espátula de goma. Los movimientos se harán de abajo hacia arriba, de manera que la mezcla quede esponjosa.
- Llena el molde, pero procura que queden dos centímetros sin llenar ya que al cocerse sube mucho.
- Coloca por encima los trozos de nuez más grandes hundiéndolos un poco en la masa.
- Hornea durante treinta y cinco-cuarenta minutos.
- Transcurrido este tiempo observar el pan sin abrir el horno. Ya se habrá abierto por el centro un poco y si se ve que está muy dorado, coloca encima un papel de aluminio o de barba o antigrasa y deja quince minutos más.
- Comprueba que está hecho clavando una aguja de hacer punto y si sale limpia está en su punto. Desmolda cuando esté templado y espolvorea con azúcar glass.
Agrega unas pasas de Corinto que habrás puesto unos minutos en un cuenco envueltas con harina.