- Relleno: En una sartén vierte cuatro cucharadas de aceite, la cebolla pelada y muy picadita, el diente de ajo prensado y sal.
- Sofríe a fuego muy suave hasta que la cebolla esté muy suave.
- Agrega las dos carnes picadas y saltéalas hasta que blanqueen. Espolvorea con el perejil picadito y mantén el salteado hasta que la carne quede sin nada de jugo.
- Coloca los pimientos sobre papel absorbente de cocina.
- Rellena los pimientos con ayuda de una cucharita.
- Pon harina en una fuente amplia y pasa los pimientos incidiendo en la boca del pimiento relleno. No hace falta ponerles palillo, ya que al sellar la abertura con la harina y luego el huevo batido, y al freírse se sellarán y la carne no se saldrá.
- Vierte aceite (unos 350 ml.) en una sartén y calienta a fuego medio.
- Bate los huevos en un recipiente hondo y envuelve los pimientos con ayuda de una cuchara.
- Fríe los pimientos por ambos lados y pásalos a una cazuela amplia para evitar que se monten unos encima de otros.
- Retira casi todo el aceite en el que has frito los pimientos, dejando unas cuatro o cinco cucharadas.
- Salsa: agrega las cebollas peladas y cortadas en rodajas finas, las zanahorias raspadas y cortadas en rodajitas finas, el diente de ajo prensado, el tomate pelado y cortado en trocitos y sal.
- Sofríe a fuego suave y tapa la sartén para que le vapor ayude a que las verduras se ablanden antes.
- Cuando la cebolla esté muy pochada, vierte el vino blanco y medio litro de agua.
- Tapa de nuevo la sartén y mantén la cocción a fuego suave hasta que la zanahoria esté muy tierna.
- Pasa la salsa por el pasapurés sobre los pimientos y pon a cocer a fuego suave hasta que la salsa esté espesita. Mueve la cazuela de vez en cuando para evitar que se peguen.