- Pela las patatas, cáscalas en trozos regulares, lávalas y ponlas a cocer en agua con sal.
- Vierte el aceite en una sartén pequeña y dora el tocino cortadito en trozos hasta que queden muy fritos. Sácalos con una espumadera, ponlos en un plato y reserva.
- En ese aceite sofríe la cebolla y el pimiento verde, que estarán muy, muy picaditos con un poquito de sal a fuego muy suave. Remueve constantemente para evitar que se queme la cebolla.
-Cuando esté la cebolla muy suave retirar la sartén del fuego, saca con una espumadera todo el sofrito de cebolla y pimiento apretando para que suelten todo el aceite absorbido y pásalo a un platito y reserva.
- Elimina el agua que sobre de cocer las patatas sin sacar estas de la cazuela donde se han cocido.
-Aplástalas con una cuchara de madera .
-Pon de nuevo la sartén con el aceite a fuego suave, calienta de nuevo, añade los pimentones mezclar rápidamente y vierte poco a poco sobre las patatas y sigue aplastando las patatas. Cuando haya absorbido el aceite, viertes un poco más y así hasta terminarlo.
-Agrega el sofrito de cebollas y pimiento y mezcla bien. Comprueba el punto de sal.
- Finalmente añade los torreznos, mezcla bien, retira del fuego y sirve en cazuelitas individuales.
Es una elaboración muy típica de la provincia de Ávila, aunque sé elabora en algunos sitios más de Castilla y León. Su encanto radica, como siempre, en preparar un plato sabroso a partir de ingredientes muy elementales.