- Pélalas con el pelapatatas, lávalas y sécalas.
- Corta las patatas en rodajas muy finas.
- Calienta abundante aceite y cuando esté muy caliente añadir de una en una cinco o seis rodajas de patata. Deja que se doren y que queden muy crujientes. Pasa a una fuente cubierta con papel absorbente de cocina.
- Repite la operación hasta acabar todas las patatas. Si son muchas conviene hacerlas en dos sartenes.
- Sazónalas con sal justo antes de servirlas.
Hay que servirlas recién hechas, porque sino pierden su característica textura crujiente.