- Bate las yemas y el huevo entero con el azúcar hasta que queden espumosos y el azúcar esté absorbido.
- Agrega la maizena y la leche poco a poco sin dejar de remover con cuchara de madera.
- Vierte todo en una cazuela y cuece al baño maría sin dejar de remover. Tienes que evitar que hierva.
- Cuando la cuchara quede manchada con la natilla se distribuye en cuatro cuencos individuales y espolvorea con canela en polvo.
- Deja enfriar a temperatura ambiente.
Si te gusta el sabor a vainilla, cuece la leche con una vaina de vainilla durante cinco minutos. Apaga el fuego, saca la vaina de vainilla la limpias con papel absorbente de cocina y la guardas para otra ocasión.