Esta masa lo mejor es comprarla hecha. La venden congelada y en láminas transparentes. En el frigorífico se conserva en perfectas condiciones hasta tres días. En el congelador hasta la fecha de caducidad. Hacerla en casa son tres horas de trabajo y no merece la pena ya que es realmente difícil lograr que salga bien. A continuación se explica como tratarla y las posibilidades que tiene.
O Para descongelar el filo se saca del paquete en el que vienen las hojas de filo de congeladas. Se envuelven en un paño de cocina limpio y seco y este rollo a su vez se envuelve en un paño de cocina húmedo. Se espera al menos dos horas, sino estuviera bien descongelado en el interior se vuelve a envolver en los paños y se deja más tiempo. No utilizar ningún sistema de descongelación diferente al dicho.
O Una vez descongeladas las láminas de filo se van sacando sólo las láminas con las que se va a empezar a trabajar y el resto se envuelven otra vez en los paños.
O Para hacer empanadillas hay que realizar los pliegues de una manera determinada (ver foto ), para asegurarse que el relleno no se va a salir y que además los diferentes pliegues de la pasta van a quedar bien. Cuando se tiene práctica se pueden hacer otro tipo de envoltorios (tipo sobre, hatillo o bolsitas,...). Si se va a hacer una gran empanada, de varios pisos, se irán colocando capas de filo alternando con capas de relleno.
O Para hacer empanadillas pequeñas al horno la temperatura es de 200ºC y si es más grande oscila entre 180ºC a 190º C, dependiendo las capas que tenga el postre.
O Para freirlas hay que utilizar abundante aceite, mejor si es en freidora para que se fría toda la empanadilla a la vez. Se escurren sobre papel absorbente de cocina para eliminar bien toda la grasa. Lo ideal es servirlas calientes y espolvoreadas de azúcar. Si hay que hacerlas de antemano se mantendrán calientes en el horno a una temperatura suave.
O Los rellenos son innumerables, todos aquellos que se le ocurran a excepción de las natas. También resultan muy bien con rellenos salados.