- Prepara un caramelo. Para ello pon en un sartén antiadherente el azúcar, una cucharadita de agua y unas gots de limón.
- Calienta a fuego suave y no remuevas . Si hiciera falta puedes mover la sartén con suavidad.
- Cuando esté hecho el cara vierte en un molde de corona y baña el fondo y las paredes con movimientos circulares. Reserva.
- En un cuenco pon las cuatro yemas de huevo y la leche condesada.
- Mezcla con una cuchara y vierte, poco a poco ,y sin dejar de remover las dos medidas de leche.
- Monta las claras de huevo batidas a punto de nieve fuerte con ayuda de las varillas eléctricas y añadie a la mezcla de huevos y leche.
- Remueve con movimientos envolventes llegando bien al fondo. Quedará un batido con aspecto de espuma.
- Elige una cazuela en la que encaje el molde de corona sin que se hunda. Vierte agua en la cazuela de forma que alcance unos cuatro centímetros de altura.
- Coloca el molde caramelizado y vacío.
- Con un cazo coge la mezcla del flan y llena el molde teniendo en cuenta que deberá quedar libre un centímetro desde el borde.
- Forra la tapadera de la cazuela con un paño limpio sujetando las cuatro puntas en el asa con ayuda de una pinza de la ropa.
- Tapa el molde y pon a cocer a fuego suave al menos durante veinticinco minutos más o menos.
- Comprueba que está hecho si al clavar una aguja de hacer punto sale limpia.
- Deja enfriar en el molde. Para desmoldar pasa un cuchillo por los bordes .Elegir una fuente redonda donde el flan quede perfectamente encajado para que no se rompa y que tenga el bode un poquito lato para que el caramelo que saldrá no se salga.
- Coloca la fuente encima del molde y dale la vuelta rápidamente.
Un clásico de la repostería española es un comodín para tomar solo, con nata, con helado, con macedonia de frutas.