- Pon a remojo en agua fría las fabes la víspera por la noche.
- Al día siguiente elimina el agua de remojo y pon las fabes en una cazuela amplia cubriéndolas con agua fría y el diente de ajo entero sin pelar.
- Empieza a cocerlas a fuego mediano y deberás espumarla tantas veces como haga falta y vierte tres veces un vaso de agua fría, cada vez que rompa el hervor. Una vez que ya las hayas asustado esas tres veces, vierte medio litro de agua más. Mantén siempre la cocción a fuego mediano.
- Agrega a la cazuela los pimientos rojos choriceros enteros pero sin el tallo y limpios de semillas y las hebras de azafrán.
- Cuando ya las fabes están tiernas, sazónalas con sal.
- Saca los pimientos choriceros, raspa la pulpa y agrégala a la cazuela, la salsa de tomate y el bogavante cortado en trozos sin quitarle la cáscara.
- La cabeza del bogavante se pone también pero quítales las barbas grisáceas que tiene en su interior.
- En una sartén pon el aceite y cuando esté caliente añade el pimentón, remueve rápidamente y vierte en la cazuela. Mueve la cazuela con energía, baja el fuego y tapa la cazuela para que el caldo se trabe bien.
- Deja reposar al menos dos horas antes de servirlas.
- Para servirlas, caliéntalas a fuego suave y mueve con energía la cazuela con la tapadera puesta para que el caldo se vuelva a trabar.
En lugar del bogavante puedes poner cuatro nécoras cortadas por la mitad.