- Elige un molde alto especial para charlota o un recipiente de cristal de paredes altas. La altura del molde ideal es la que colocando un bizcocho en una pared éste sobresalga un poco.
- Úntalo por dentro con mantequilla muy extendida. Primero coloca alrededor y de pie bizcochos de soletilla, muy pegados unos a otros.
- Para el fondo del molde se deben cortar como si fueran pétalos de una flor, es decir en el centro de la base los bizcochos estarán cortados en punta de lanza. Si cuesta un poco, o ideal es recortar un papel con el diámetro de la base, cortar los bizcochos sobre él y luego colocarlos en el fondo del molde.
- Lava con agua fría las fresas, frotando con suavidad la superficie. muy bien. Reserva cuatro o cinco fresas enteras. Elimina las hojitas de las restantes, corta las fresas y tritúralas hasta hacer un puré. Reserva.
- Calienta la leche.
- En un bol de cristal resistente al calor bate con las varillas eléctricas las tres yemas con el azúcar hasta que éste se haya diluido y quede una mezcla homogénea.
- Pon el bol al baño maría y remueve constantemente con una cuchara de madera hasta que la mezcla presente un aspecto blanquecino. Vierte poco a poco la leche caliente sin dejar de remover la leche y mantén la cocción, siempre al baño maría, hasta que se haga una natilla.
- Coloca el cuenco con la natilla sobre otro recipiente que tenga hielo para que las natillas se enfríen rápidamente.
- Cuando esté fría la natilla agrega el puré de fresas, la gelatina en polvo y la nata montada y mezcla todo con cuchara de madera suavemente.
- Vierte en el molde forrado con bizcochos, se tapa con papel film y conserva en el frigorífico durante cuatro horas.
- Saca de la nevera el molde y con un cuchillo afilado se cortan los picos sobrantes de los bizcochos para que al desmoldar quede la base recta.
- Pon una bandeja redonda sobre la charlota, dale la vuelta sin mover la bandeja y deja que caiga. Retira el molde. Adorna con nata montada con ayuda de la manga pastelera con boquilla rizada y con fresas.
- Sirve la charlota nada más desmontarla o conservarla en el frigorífico hasta el momento de servirla.
La charlota por sí misma es un postre contundente. Lo único que se puede recomendar es cambiar la fruta, por ejemplo , las fresas por melocotones maduros.