- Pon en una cazuela las patatas peladas, lavadas y cortadas en trozos con agua y sal. Se cuecen hasta que estén tiernas. Sácalas con una espumadera, ponlas en un cuenco y aplástalas con un tenedor, añade el puré de tomate y la mantequilla.
- Una vez frío remuévelo de vez en cuando.
- Pon en una cazuela los cuatro huevos, cúbrelos con agua y añade un chorrito de vinagre. Cuécelos a fuego vivo contando diez minutos a partir de que rompa el hervor. Escurre el agua de cocción, ponlos debajo del chorro del agua fría. Se dejan enfriar, se cortan a lo largo por la mitad y se sacan las yemas.
- Pela las gambas. Pon la mitad de las gambas en el mortero con un poco de sal y se deshacen hasta hacer una pasta y se añaden la mitad de las yemas de huevo cocidas, una a una y sigue machacando. Si hace falta pon unas gotitas de aceite.
- Se rellenan los huevos cocidos con esta pasta.
- Descongela las espinacas cociéndolas en agua con sal. Cuando estén sueltas y escúrrelas muy bien presionando bien para que suelten todo el agua de cocción.
- Pon en el vaso de la batidora las espincas y la leche y tritura hasta hacer un puré.
- Pon la harina, el aceite y la sal en una sartén. Mezcla con una cuchara de madera y vierte en frío el puré de espinacas
- Cuece a fuego suave sin dejar de remover durante quince minutos. Aromatiza con nuez moscada y una pizca de canela en polvo y añade las gambas que se habían reservado.
- Distribuye la crema en cuatro cazuelitas individuales y bordea con el puré rojo con ayuda de la manga pastelera. Conserva calientes en el horno a 70ºC.
- Dora las rebanaditas de pan en una sartén que habrás barnizado con un poquito de mantequilla. Encima de cada rebanadita pon medio huevo y sujeta con un palillo clavándolo bien en el pan.
- Pasa por harina y huevo y se fríen. Se colocan dos en cada cazuelitas. .
Si lo prefieres coloca las rebanaditas de pan y los huevos sin rebozar.