- Pide al carnicero que abra la aleta en forma de libro y que corte los picos de carne y que los pase por la máquina picadora. Esto es para que la aleta tenga un forma lo más rectangular posible.
- Coloca la aleta poniendo la “costura” paralela a la mesa. Además coloca la parte interna de la aleta hacia abajo, es decir es la parte que quedará apoyada sobre la mesa.
- Coloca hileras de los ingredientes por el siguiente orden y entre hilera e hilera se enrollará un poco la carne: pimientos en tiras, la carne picada, huevo cocido cortado en cuartos, tiras de jamón serrano y aceitunas verdes deshuesadas cortadas por la mitad.
- Ata el rollo de carne resultante fuertemente. Sazona con sal por fuera y espolvorea con harina.
- Vierte el aceite en una cazuela amplia y calienta a fuego medio-alto. - Pon el rollo de carne y dóralo por todos los lados. Gíralo según se va dorando.
- Añade las cebollas picadas y el diente de ajo picado. Mantén el fuego medio para que la cebolla se poche. Tardará aproximadamente veinte minutos.
- Vierte agua suficiente para cubrir todo el rollo de carne y sazona con un poco más de sal.
- Tapa la cazuela y cuece durante una hora y media a fuego medio.
- Saca la aleta y colócala en una fuente y deja que se enfríe del todo.
- Pasa la salsa por un pasapurés a una cazuela. Como hay que reducirla, ponla a cocer a fuego vivo, sin tapar, hasta que la salsa esté muy trabada.
- Cuando esté fría la carne, quitar el bramante y corta en rodajas no muy finas, ya que se desbaratarían y se estropearía el relleno.
- Sirve con papatitas pequeñas cocidas y sin piel .
Si la haces de un día para otro, córtala en el momento de tenerla que calentarla. Conserva el rollo envuelto en papel film en el frigorífico y la salsa en un cuenco cuboerto con papel film. Para calentarla, coloca toda las rodajas de carne en una cazuela con cuidado y vierte un cazo de salsa. El resto de salsa déjala en la cazuela en la que se ha reducido. Calienta la carne a fuego muy suave y con la cazuela tapada, para evitar que se recueza.