- La víspera por la noche pon a remojo las judías blancas en un recipiente con abundante agua fría.
- Al día siguiente elimina el agua de remojo de las alubias y pásalas a una cazuela amplia. Vierte litro y medio de agua, el hueso de lacón y las judías.
- Empieza a cocerlas a fuego medio y cuando rompa el hervor añade el trozo de unto. Espúmalas cada vez que haga falta, es decir retira con una espumadera la espuma que saldrá en la superficie del agua. A la vez asústalas tres veces, añadiendo un poquito de agua fría cada vez que rompa el hervor.
- Cuando estén medio cocidas las alubias agrega las patatas, peladas y cortadas en trozos pequeños y una vez que estén tiernas añade la verdura finamente cortada.
- Sazona con sal y deja cocer hasta que ésta esté bien hecha. Para que el caldo quede trabado saca de la cazuela una cucharada de alubias y dos trozos de patatas. Aplástalas con un tenedor y vuelve a poner en la cazuela el puré resultante.Deja que cueza todo junto quince minutos.
-Sirve caliente.
Hay quien añade chorizo, lacón, hueso de espinazo..., pero el auténtico es así de sencillo. El unto es fundamental, pero tampoco hay que añadirle mucho, pues el sabor puede resultar demasiado fuerte. El caldo gallego típico, en enxebre, como dice Picadillo, es así de sencillo, aunque, como pasa con la mayoría de los platos «bandera», con el paso del tiempo y la mejora de las posibilidades económicas se sofistican, pero esto no quiere decir que pierdan en calidad y sabor.