El origen de las patatas se sitúa en Perú. Los conquistadores españoles la conocieron allí donde se llamaba papa. Los incas ya la secaban que era una forma de conservarlas y una vez deshidratadas y secas se guardaban y se llamaban chuño.
Llegó a España en el siglo XV y su consumo tardó en implantarse en la sociedad española aunque sí se sabe que en el siglo XVI se cultivaba en Sevilla. Desde entonces hasta nuestros días la patata tiene todo un recetario en la cocina española. Además gracias a las patatas e muchas épocas de la historia española, han saciado el hambre a un coste mínimo.
Hay muchísimas variedades de patata según el color de la piel (negras, moradas, rojas, marrones,..)y de la pulpa (que va desde un color blanco hasta amarillo) .
Las patatas nuevas que llegan con la primavera, se caracterizan por su piel muy clara y fina y su pulpa es, una vez cocida, muy suave y de un sabor especial. Son tan especiales que cuando se cuecen con la piel, ésta no se elimina.
Valor nutritivo: glúcidos, potasio, hierro, hidratos de carbono y proteína vegetal. Su contenido en vitamina C es reseñable, Todas sus propiedades están justo debajo de la piel, por eso conviene cocerlas con piel y comerse ésta y cuando se pelen utilizar el pelador de aro o pelapatatas que corta la piel muy fina.
Aporta 80 calorías por cada 100 g. Si se asan al horno 98 calorías, pero sí se fríen sube a 400 calorías y las famosas patatas de bolsa 500 calorías por cada 100 g.
O Las patatas siempre conviene lavarlas bien ya que en su piel siempre hay numerosos restos de arena y tierra.
O SI se pelan sin lavar, después hay que lavarlas y secarlas. El cuchillo con el que ha cortado también hay que lavarlo antes de volver a utilizarlo. El pelapatatas es muy útil ya que elimina la cantidad justa de piel.
O La conservación de las patatas pasa por tenerlas en un cesto al aire libre sin bolsas que no dejan que transpiren . Tampoco hay que mezclarlas con cebollas.
O Si las patatas adquieren manchas verdes en su piel o le salen raíces blancas no hay que consumirlas.
O Si se quieren dejar peladas y cortadas con antelación hay que sumergirlas en abundante agua fría para que no se ennegrezcan.
O Para freir bien las patatas hay que cortarlas del mismo grosor y en abundante aceite de oliva caliente. No es tan fácil hacerlas bien, ya que en muchas ocasiones se ponen demasiadas patatas en muy poca cantidad de aceite y al final quedan requemadas, pegadas unas a otras y con muy mal aspecto. Sazonarlas con sal cuando ya están fritas.
O Para guisos siempre hay que cascarlas para no se deshagan. Esto es, primero se da un corte y al final se da un golpe seco para que la patata se “casque”.
O Para conseguir que las patatas a lo pobre o la panadera queden hechas, pero no quemadas sino blandas y blancas, un truco es tapar la sartén con una tapadera para que suden a la vez que se fríen.
O Cuando las patatas sean nuevas con su piel blanca y fina, la piel no hace falta quitarla cuando se hagan al vapor o asadas. Se comen con piel