Su origen se sitúa en Asia y fueron los fenicios quienes los introdujeron en España. Parece ser que en la Iliada ya se nombraban. Los cartagineses fomentaron su cultivo, tanto que las tierras conquistadas por ellos son las que en la actualidad siguen siendo zonas de cultivo de esta legumbre: islas del mediterráneo, zonas continentales y meridionales de la Península Ibérica y los países del norte de África. Necesitan de un clima seco y cálido, por lo que hay países europeos que no lo cultivan. Su nombre latino cicer arietinum, dio lugar a que Cicerón se llamara así porque nació con una verruga en la nariz en forma de garbanzo.
Las variedades más habituales en España son: el castellano, blanco lechoso (alto contenido en hierro y magnesio); venoso andaluz (alto contenido en hierro y magnesio); el chamad y el pedrosillano.
El garbanzo es una legumbre que forma parte de la dieta mediterránea. Su consumo, como el resto de la legumbres (lentejas y alubias) , es obligatorio en la dieta semanal.
Propiedades nutritivas
- Proteínas de alto valor biológico.
- Hidratos de carbono
- Fibra dietética
- Bajo contenido en grasa
- Calcio y hierro
- Vitaminas B1 y B2
- Ácido fólico, fundamental para el sistema neurológico
- Calorías 329 gramos por cada 100 g. de garbanzos.
Fuentesaúco, en la provincia de Zamora, famoso por sus garbanzos con IGP Garbanzo de Fuentesaúco y por las fiestas, que se celebran el primer fin de semana de julio. En estas fiestas destacan los espantes taurinos, que surgieron a la vez que los encierros pamplonicas; coinciden casi en la misma fecha.
Los garbanzos presentan un pico curvo y pronunciado, de color crema o apagado mezcla de amarillo, blanco y marrón, con una piel semirrugosa y sin manchas. Una vez cocidos, son mantecosos, y mantienen la piel adherida, claro está si se cuecen bien, y con el remojo previo en agua durante una noche. Se producen, además de Fuentesaúco, en varias localidades más cercanas. El almacenamiento y envasado se realiza, además de las localidades zamoranas donde se cultivan, en varias de la provincia de Salamanca. Se cultiva sólo el garbanzo Cicer Arietinum L., variedad macrocarpum, ecotipo Fuentesaúco y se comercializa como legumbre seca o como plato elaborado.
Su cultivo, recolección, almacenaje, limpieza y envasado está controlado por el Consejo regulador de la IGP; como es lógico, los envases llevarán el logotipo y numeración correspondiente. Sus referencias históricas se remontan a las Ordenanzas Municipales de Fuentesaúco de 1569. Quevedo los recibió como obsequio de manos de el Conde de la Fuente de Saúco. Han sido premiados en más de una ocasión y literariamente los han ensalzado autores como Pérez Galdós y Cela. De una forma más formal, aparecen en el Catastro del marqués de la Ensenada en 1752 y Madoz en 1845.
El cultivo generalizado del garbanzo se extendió en época árabe. Su consumo ha sido –y sigue siendo– muy habitual. Además del famoso cocido, en cualquiera de sus versiones o nombres, se elaboran ensaladas, cremas, potajes... Es una legumbre que forma parte de la dieta española pasada, presente y –ojalá– futura.