Hierbabuena:

Es una palabra compuesta de hierba y buena. Está claro que su buen olor se mereció el que la bautizarán con ese nombre.

Es una variedad de la mentha, aunque el nombre botánico de la menta es pulegium (poleo), que a su vez proviene del latín pulex pulga), porque la menta fresca se utilizaba para combatir a las pulgas y otros insectos. Los árabes restregaban las mesas con hierbabuena antes del festín y limpiaban el piso con al hierba para estimular el apetito de los invitados. Además la culinaria árabe aprovecho el magnífico aroma de la hierbabuena para elaborar platos como la salsa de menta para acompañar el cordero. También la utilizaban para jarabes, sopas, té e incluso con pan. El sirope de menta lo preparaban además con albahaca, naranja amarga, clavo, agua y azúcar. Además por sus efectos curativos y aromáticos se consideró a la hierbabuena como el símbolo de la virtud.

Es muy agrabable para todo tipo de zumos naturales, macedonias, melón, caldos de pollo y como no para aromatizar una pierna de cordero asado.

Desde hace unos años se han puesto de moda los mojitos, en los que la hierbabuena es ingrediente indispensable.