Escalfar:

Su origen es la palabra latina excalfacere (calentar). También en cocina se aplica al huevo sin cáscara que se cuaja en agua o caldo hirviendo. Cuando se cuece masa de pan a un calor excesivo y se forman ampollas en la superficie, se aplica el término escalfar. Curiosamente cuando se aplica yeso o cal a una pared y no queda bien, sino que quedan burbujas, se dice que ha quedado escalfada. No hay que extrañarse que el término burbuja o ampolla esté ligado a escalfar, ya que para que un huevo quede bien escalfado se añadirá al agua o caldo hirviendo justo encima de la burbuja que se forma al alcanzar la temperatura adecuada. Para que quede la clara recogida conviene irla recogiendo con una espumadera hacia el centro. La clara quedará blanca y cuajada y la yema en cambio quedará sólo cubierta por una fina capa blanca y por dentro líquida. De la palabra escalfar deriva escalfador, braserillo con tres pies que se ponía sobre la mesa para calentar la comida. También se llama escalfador a una vasija parecida a una chocolatera con la tapa agujereada como un colador, en a que tenían los barberos el agua caliente para afeitar.