DIETA MEDITERRANEA

 dieta mediterranea

 

 

 La famosa pirámide de la dieta mediterránea se actualizó no hace mucho tiempo para afinar un poco más en el reparto de algunos alimentos en la dieta diaria y/o semanal. Algunas anotaciones reseñables son:

-          Consumo de productos estacionales, tradicionales, locales y respetuosos con el medio ambiente. Se aboga por intentar hacer una agricultura ecológica y en el caso de España hay que apoyar la producción artesanal  para que no muera. Es una parte de nuestra cultura.

-          Cocinar es invertir tiempo en la salud de uno mismo y en la familiar.

-          Una actividad física mínima, un paseo de 30 minutos al día en algún lugar agradable y a, poder ser, en compañía. A partir de este mínimo, cada uno de acuerdo con su edad, estado físico y gustos hará el que desee.

-          A la vez hay que dormir como media siete u ocho horas por la noche y encontrar momentos de convivencia. Esta convivencia debe incluir la conversación.

-          La necesidad de beber abundante agua sola o alguna infusión a diario.

-          La recomendación de comer verduras y hortalizas de varios colores, no es para incitar al diseño culinario, que también es importante la presentación de los platos de forma atractiva, sino que va dirigido a que el color en los alimentos de la huerta son indicativos de sus propiedades principales; carotenos, betacarotenos, fibra, vitaminas, minerales y agua, y lo que interesa es una combinación de todas ellas.

-          Las carnes rojas se limitan a dos raciones semanales.

-          Para los adultos una copa de vino tinto en las comidas.

-          El aceite de oliva virgen es una medicina natural que hay que consumir todos los días.

-          Moderación con la sal.

-          Dos piezas de fruta al día son suficientes.

-          El pan blanco y/o integral tiene que seguir estando incluido en la dieta diaria.

-          Los dulces, helados y repostería en general hay que reservarlos para un día a la semana.

 

 Mar mediterráneo (Menorca)

 

Como se ha visto la recomendación de la dieta mediterránea se basa, por un lado, en lo alimentos, elaborados o no, sólidos y líquidos, que son necesarias consumir  a lo largo de una semana por una persona ya adulta. Esta dieta tendrá sus  para todas aquellas  personas que tengan que tener  un determinado régimen de comidas por sufrir alguna patología. Los niños a partir de una edad temprana, que el pediatra indicará, seguirán también las pautas generales de la dieta mediterránea.

 

Por otro lado, la dieta mediterránela está marcada por la geografía, el clima, las costumbres sociales y en definitiva la forma de entender y vivir la vida de los países bañados por el mar Mediterráneo.

 

Algunas de las muchas ventajas que proporciona el vivir en los países mediterráneos son: 

 

-          El agua del mar con todas sus propiedades devenidas de la sal y el yodo ; pasear por la orilla recibiendo los golpes suaves de las olas para activar la circulación; nadar, navegar, submarinismo o cualquier otra actividad deportiva, es acercarse aún más a la naturaleza y beneficia a la salud; es descongestiva nasal y la visión del mar en muchos momentos es relajante.

 

-          El sol, es la única fuente natural de vitamina D, necesaria para la fijación del calcio en los huesos. Como siempre hay que tomarlo en la horas adecuadas (hay que excluir las comprendías entre las 12,00 h. y las 17,00 h.) y con protección solar.

 

-          La proliferación de terrazas, chiringuitos y mercados donde también hay espacios habilitados para comer o degustar tapas y pinchos, invitan a la comunicación y sociabilidad.

 

-          Toda una variedad de productos del mar, frutas, verduras, carnes, así como una tradición milenaria en la elaboración de aceite de oliva, vino y pan que conforman una dieta extraordinaria y que en los últimos decenios se ha ido abandonando por modas y por unos cambios de hábitos de vida, con unas consecuencias muy negativas.

alimentos mediterraneos

 

Para llevar adelante y rescatar las buenas costumbres hay que incidir :

 

-          En la necesidad de volver a invertir tiempo en cocinar. Transmitir que es algo divertido, que se puede compartir y además aprovechar para hacer  unos pinitos en creatividad culinaria. Detrás de esta actividad tiene que existir un conocimiento claro y rotundo que hay que alimentarse bien, que no significa comer mucho ni caer en la glotonería.

 

-          Recuperar el encanto de recoger en el campo setas, para luego cocinarlas en casa compartiendo con familia y/o amigos.

 

-          Coger moras, o algún otro fruto silvestre y hacer mermeladas o jaleas. También aprovechar las frutas de temporada para hacer y envasar mermeladas para el consumo familiar y para regalar. Una mermelada casera siempre es muy apreciada.

 

-          Recoger hierbas aromáticas y destinarlas a elaborar infusiones y para cocinar.

Todas estas propuestas fomentan además el ejercicio, el contacto con la naturaleza y la convivencia.

www.dietamediterranea.com

 

Una taza de café con...

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