Antonio Petit Caro (Critico, escritor y amante de la fiesta taurina)

Antonio Petit está viviendo una jubilación dorada; dedica muchas horas al día a sus dos grandes pasiones, el periodismo y  los toros. Estas dos pasiones se materializan en su página web, taurología.com.  Le comento que hay que rebobinar unos cuantos años de su vida y no le importa. Es curioso que sigue manteniendo su acento sevillano, a pesar de que salió de su ciudad natal a los dieciocho años, aunque vuelve todos los años varias veces, acompañado de su mujer para disfrutar de sus numerosos hermanos y sobrinos, y como no, para vivir la Semana Santa, y en esta ocasión también acompañados de sus hijos; pertenecen a una cofradía y la cita es inexcusable. Cualquier disculpa es buena para volver a Sevilla.

Texto y Fotografías: María Zarzalejos

Su afición a los toros, ¿cuándo nació?

-          De niño, porque en mi casa, mis padres, mis hermanos, todos eran muy taurinos. De hecho íbamos todos juntos a los toros. La primera vez que fui a los toros, fue en el año 1952. Me acuerdo porque fue el año en que yo hice la Primera Comunión y  la primera vez que utilcé el abono de mis padres.

¿Qué sintió?

-          Es que mis hermanos y yo  estábamos muy familiarizados con los toros desde pequeños. En mi casa había un jardín y toreábamos, bueno jugábamos a torear, desde pequeños, pero muy pequeños .Éramos siete hermanos y yo el pequeño, así que si yo tenía dos años los anteriores a mí tenían tres y cinco, ¡y jugábamos a torear!.  Date cuenta que en mi casa se leían todas las publicaciones taurinas que salían cada semana, así que los toros formaban parte de nuestra vida diaria. Era un tema que se hablaba de forma habitual. Y es más, en aquella época, mis compañeros de clase, en el colegio, también les pasaba lo mismo, les gustaba, lo comentábamos, con lo cual era tan normal jugar al fútbol como jugar a torear en el propio colegio.

Entonces estaba admitido y considerado como algo normal el jugar a torear en el patio del colegio.

-          Era más importante que el fútbol. No sólo ya por lo llamativo que nos pudiera parecer todo lo que rodeaba al mundo de los toros, sino que estábamos  acostumbrados a ver fotos, libros; lo que te decía antes, formaba parte de tu vida.

Es periodista  pero no era su intención dedicarte a ser crítico taurino. ¿Así que quién, cómo y por qué escribió su primera crónica de toros?

-          Fue en Bilbao, en la Hoja del Lunes, el día que debutó un torero portugués, que luego lo mató un toro en Barcelona; que se llamaba José Falcó. Se presentó como novillero en Bilbao, triunfó y el entonces director de la Hoja del Lunes, me llamó para que escribiera sobre eso.  Yo acababa de empezar a trabajar, y éramos compañeros, y cómo sabía de mi afición a los toros, me llamó y me encargó la que sería mi primera crítica taurina. Por amistad. El sabía que yo en cuanto podía escribía algo de toros.

¿Firmaba con su nombre o con seudónimo?

-          No, con seudónimo nunca.  Firmaba con mi nombre, cuando firmaba, porque muchas veces ni firmaba. A mí no me ha gustado casi nunca firmar, salvo que lo escribiera fuera comprometido para alguien, entonces, sí firmaba.

Con el paso de los años, ¿ qué opina de la polémica que surgió de forma más llamativa en Barcelona, para prohibir las corridas de toros? Y . ¿cuál cree que ha sido el origen y las consecuencias que puede traer para el resto de España?

-          Es un movimiento normal de las nuevas corrientes sociales. Lo mismo que ha llegado a otro tipo de espectáculos y de actividades, ha llegado a los toros. Pero en el caso de los toros, ha sido más negativo. El mundo de los toros, es un mundo de románticos. Y que por tanto, hasta hace poco más de un año, les parecía que lo de las redes sociales, por ejemplo, es una tontería y no estaban metidos en ellas. Un error, porque todos esos movimientos en contra de  los toros, han nacido y desarrollado en las redes sociales y han tenido una gran fortaleza, incluso muy superior a la que tienen sobre el terreno. Es decir, en Cataluña hicieron un gran esfuerzo y consiguieron algo más de cincuenta mil firmas, para poder parar la prohibición de las corridas de toros, pero para modificar o frenar el alcance de esa recogida de firmas, a través de las redes sociales y sin moverse de su casa, los aficionados han reunido más de 600.000 firmas.  Entonces es crucial el fenómeno de las redes sociales,  porque se repiten miméticamente las posiciones de un país a otro en cuestión de minutos. Por ejemplo, tú lanzas un tweet en España con una crítica taurina,  y a las pocas horas toda Latinoamérica lo tienen y lo siguen. Esto es para bien y para mal; es decir un comentario antitaurino llega lo mismo que un comentario a favor de los toros. Ese fenómeno, los profesionales de los toros no han sabido abordarlo; siguen trabajando en plan romántico y no se han preocupado de abordar el tema de las redes sociales. Y ahí es donde han crecido los movimientos antitaurinos.

"El mundo de lo toros es un mundo de románticos...y no se han preocupado de abordar el tema de las redes sociales".

¿Por qué en Cataluña ha cuajado lo antitaurino, y en el resto de España, de momento, no?

-          Por las circunstancias políticas, claramente. Eso lo diseñó un argentino, por cierto muy bien hecho,  justo en el  momento en que se va a producir un proceso electoral ante lo cual los partidos políticos se ven en la obligación de replantearse el tema, no vaya a ser que vaya a tener efectos en las urnas y entonces muchos diputados catalanes se ponen de perfil no vaya a perjudicarles electoralmente. En otras circunstancias la votación para quitar las corridas de toros, hubiera sido totalmente distinta. No la tesis que defienden algunos. Es verdad que una minoría tienen un rechazo a lo español, la votación se gana en el propio parlamento catalán; los diputados no tienen ningún inconveniente en que el espectáculo de los toros se siga celebrando, pero se retraen por miedo electoral.

Ganaderos, empresarios, toreros….¿tienen claro que deben dar ese paso adelante?

-          Lo deben tener. Tienen que tener claro que hay que estar en las redes sociales para cualquier tema o actividad que quieras abordar.  Lo mismo que se ha hecho ahora , por ejemplo, con el fenómeno de los derechos de imagen, con veinte años de retraso respecto a la entrada en vigor de la Constitución, en la que se reconoce clarísimamente ese derecho a todos los ciudadanos, pues lo mismo pasa aquí. Una de las grandes inversiones que tienen que hacer todos los que están en el mundo taurino es invertir en operar en las redes sociales y potenciarlo.

La sensación que ellos dan es que son un mundo aparte; tienen sus corridas, sus ganaderías , sus apoderados y, en definitiva, parecen decir no nos hace falta nadie

-          Lo van a tener que hacer. Ellos prefieren pensar en el siglo XIX  y no en el siglo XXI. Pero lo van a tener que hacer, ya que por puro romanticismo, tradición…no se puede caer en la nostalgia. También en dos países tan taurino como Colombia y México ha habido problemas antitaurinos;  en Quito han conseguido que no se realice la suerte de matar y si no se actúa y se difunde  la idea de los toros bajo otros criterios, entonces, esa avalancha se va a hacer notar; los antitaurinos son muy constantes, le dedican horas, atención, y mucho trabajo. Los toreros se creen que con una tarde de triunfo todo eso se olvida, y no se dan cuenta de que eso es pasajero, lo importante es actuar en los usos sociales. En mi época, cuando ibas a una plaza de toros, sino había más niños era porque los padres habían ocupado las entradas, pero si no, lo normal era que ibas en cuanto podías, o cuando reunías cuatro duros para comprar tu entrada e ir a los toros.

La gente joven ahora mismo no tiene ningún interés por ir a los toros; no tienen interés ni cultura taurina, y eso que está considerada como fiesta nacional.

-          Hay una minoría, muy minoría. Ahí también ha tenido culpa la propia coyuntura económica. Yo con quince años, con mi paga semanal, me daba para ir el domingo a los toros. Ahora no se pueden pagar una entrada con la paga. En Madrid se está haciendo  un esfuerzo muy importante para atraer a gente joven con entradas muy baratas para todo el año, ubicadas en buenos sitios, porque si no, no hay relevo social.

Los jóvenes, que son precisamente los que acaparan las redes sociales,  los mensajes  que reciben a través de ellas son siempre antitaurinas. Y no hay una réplica con mensajes taurinos positivos.

-          Sí, claro las redes sociales influyen mucho, pero ,  aquí en España,  depende mucho la zona. En Sevilla por ejemplo, en el Club Pineda, hay un par de toreros que van a enseñar a torear a los chicos que no van a ser toreros en su vida. En las novilladas en Sevilla , los jóvenes si se apuntan el día anterior a que se celebre, se les regala la entrada. Hay más de 300 niños que acuden a esas novilladas. Incluso van clases completas de los colegios . Es un mundo colorista, llamativo, aunque luego, a lo mejor no cuaja esa afición, pero se aproximan. Es decir se trata de acercar, de dar a conocer a los jóvenes los toros. No, como en otros sitios, que es algo lejano.

 "Los toros son dos cosas; riesgo y emoción".

El futuro de la fiesta taurina ¿cómo lo ve?

-          Va a depender de lo que hagan los profesionales, ellos todavía no se han enterado todavía de que existe un fenómeno que es la globalización. En virtud de lo cual lo que se hace en Almería, repercute en Lima. Tienen que darse cuenta eso es una realidad, Los toros son dos cosas; riesgo y emoción.  Si estos dos factores, hay miles de espectáculos mucho más baratos que también entretienen¸lo que diferencia a los toros es que es un riesgo real y una emoción real y además vivida en directo. Si eso no se restablece, que es la pugna que hay en este momento, se desvirtúa de tal forma el espectáculo taurino que acabaría siendo algo así como la ópera, un espectáculo para minorías, subvencionado por alguien, porque en sí mismo no se mantiene, y sería una  cuestión elitista para unos cuantos y los toros tiene que ser un espectáculo de masas, ¿por qué?, porque responde a una realidad social. La base de los toros está no en los toros que se celebran en las grandes plazas, Madrid, Sevilla, Bilbao.., eso es sólo el 25% . El resto, el 75%, está en todos esos pueblos y localidades españolas en donde no se conciben las fiestas sin corridas de toros o de novilladas. A lo mejor es un encierro por las calles, o se torean dos becerras, pero tienen que estar en esas fiestas; esta es la base de la fiesta taurina, es un fenómeno tan arraigado, que no se entenderían las fiestas de los pueblos de España.

Además, de momento, nadie cuestiona, estas fiestas taurinas en el ámbito rural o de pueblos y villas españolas ¿por qué?

-          Pues, porque si no hay banda de música y no hay toros, no hay fiesta. Es mucho más llamativo prohibir las corridas de toros en Cataluña que en un pueblo. En España se remonta más allá del siglo XV. La fiesta nace ahí, la aristocracia lo eleva a un nivel superior, aunque la fiesta taurina como la entendemos hoy se estructura hace un siglo.Es posterior a las Cortes de Cádiz y son los ilustradores los que hacen la metodología del espectáculo taurino que luego va adaptándose desde finales del siglo XIX a como ahora lo conocemos. Para entonces ya hay una raíz histórica, pero el juego del hombre con el toro bravo, va unido a la esencia de España.

"El juego del hombre con el toro bravo está unido a la esencia de España".          

Su página web se inició justo en ese momento en que la supervivencia de la fiesta nacional de los toros estaba en entredicho.

-          Yo tenía un pequeño blog en el que de vez en cuando escribía cosas de toros. En un momento determinado mis hijos me crearon la página web y decidimos que teníamos que ir por ahí. Lo que hacemos es buscar un hueco que nos diferencie de los demás, porque en las redes hay cosas muy buenas sobre toros, así que decidimos  hacer algo diferente , y eso es taurologia.com.  Se nos ocurrió que el punto neurálgico era dedicarnos a todos los aspectos culturales, artísticos, literarios, prestarles una gran atención a esa parcela de los toros, ir más al análisis y a la documentación que al pequeño acontecimiento que podía haber ocurrido el día anterior, porque eso todo el mundo lo conoce, aunque también hay un apartado de noticias relevantes para el mundo taurino.

Ha escrito varios libros, por decirlo de alguna manera, sobre el mundo de la tauromaquia. Pero, para usted, ¿cuál es el mejor libro taurino hasta el momento?

-          Sin duda, para mí, Juan Belmonte, matador de toros. Lo escribió Manuel Chaves Nogales, que aún no siendo taurino, es el mejor libro que se ha escrito sobre el mundo de toro. Es la biografía de Juan Belmonte. Chaves Nogales, que es un gran escritor conecta muy bien  con el torero y traslada muy bien al papel la personalidad de Juan Belmonte.

Creo que hay varias claves para que este libro sea así de excepcional. Una, la distancia que marca el autor , ya que al no ser taurino, le dio una perspectiva más objetiva que si lo hubiera sido. Otra clave está en que humanamente se entendieron muy bien, de forma que el autor desaparece y , cuando lees el libro es como si estuvieras hablando con Juan Belmonte. Y a la vez, Juan Belmonte sería incapaz de transmitir sus sentimientos como lo hace Manuel Chaves. Es un portavoz literario excepcional de la personalidad del genio , como excepcional en su prosa.

Está claro que Juan Belmonte era un genio , ¿pero en la actualidad, en este siglo XXI, hay genios en las plazas de toros?

-           Sí, por supuesto, Juan Belmonte es una de las grandes figuras del torero. Las corrrientes actuales del toreo están marcados por dos toreros muy diferentes: Joselito y Belmonte. Joselito sigue un camino y Belmonte otro. Pero que marcan las dos líneas rojas entre las que tiene que moverse el toreo.

¿Cuáles son esas dos líneas rojas?

-          Uno, Joselito, es el predominio de la lidia del toro bravo, el otro, Belmonte,  es el componente de la lidia artística del toro bravo. Belmonte tiene una serie de sucesores, el último que se ha asemejado de verdad de verdad ha sido Pepe Luis Vázquez . Y entre Belmonte y Pepe Luis, estaba Chicuelo.  En la línea de Joselito,  estaban Domingo Ortega y Antonio Ordoñez.  En la actualidad, lejanamente, en la línea de Joselito, está El Juli. En la línea de Belmonte, Morante de la Puebla. El mejor actualmente hay un torero que barre que es José Tomás, luego , el Juli, y un hombre joven con una gran dimensión es Jose Mari Manzanares; en medio hay un plantel bastante numeroso, una docena y media, pero lo que pasa es que no hay ninguno, a esos efectos, aparte de José Tomás, que sea la figura mítica que arrasa. 

Pero José Tomás, además de buen torero, ¿no provoca morbo, un poco a lo suicida…?

-          No, no, para nada, José Tomás tiene una muy buena cabeza.  No es ningún loco de la vida, sabe dónde ponerse, cómo ponerse y todo eso conforma el concepto que él tiene del toreo. José Tomás torea igual una becerra en el campo que un toro en la plaza. Es su concepción del toreo, como él lo expresa. Le rodea una aureola mítica, todo es mucho más serio, es una forma de entender el toreo, que enlaza con la concepción que tuvo Manolete que le lleva a sorprender cada día.

Llegamos casi al final de la entrevista y no queda más remedio que hacer un lance gastronómico taurino  ¿a dónde acudiría? 

- El que más añoro es un viejo restaurante de Bilbao, ya desaparecido: Santi el Marinero. Era
excelente y con un ambiente enorme durante la Semana Grande; inolvidables su purrusalda
ilustrada, sus alubias rojas con todos los sacramentos y su bacalao al pil pil. Pero hoy, si estoy
en Madrid, Toribio, para comer buen rabo de toro. Si estoy en Sevilla, Donald, para picar;
Becerrita, para tomar buenas carnes. Con todo, la mesa me llama más bien poco: salvo todo lo
que tenga carnes picadas o cordero, cualquier cosa, pero que esté bien preparada.

 Con quien le gustaría tomarse una taza de café y aún no lo ha hecho.

- He tenido la fortuna de conocer y estar con todos los grandes, desde Marcial Lalanda o
don José Flores “Camará” a los de nuestros días. Ten por seguro que lo más interesante lo
cuentan los toreros cuando están ya retirados. Precisamente por eso, porque les oído contar
sus vivencias taurinas, me hubiera gustado tomarme un café, sin prisas, con Juan Belmonte,
no para preguntarle nada, sino sencillamente para oírle. Más de un día estuve sentado con
mi padre en la mesa contigua a la suya en “Los Corales” de Sevilla. Pero su figura imponía
demasiado como para importunarle. Y más siendo un niño.

Terminamos la entrevista pero seguimos hablando de toros, toreros, bocadillos, tapas, vinos y demás tentaciones culinarias que rodean a la fiesta taurina. Me enseña su rincón de trabajo, ordenado y las paredes están vestidas con cuadros y recuerdos  taurinos de gran valor sentimental. Una excepción, justo encima del ordenador una foto con las caras de sus cuatro hijos, todos ellos varones; sin duda, es el cuadro con más valor de todos.

(Entrevista realizada en Junio 2012)

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