- Pica la cebolla en trocitos muy pequeños.
- En una cazuela vierte al aceite y agrega la cebolla picadita y el diente de ajo prensado. Sazona con sal y calienta a fuego suave. Tapa la cazuela y sofríe hasta que la cebolla esté muy pochada. Remueve de vez en cuando. Tardará en estar en su punto veinte minutos.
- Mientras se sofríe la cebolla pela las patatas, lávalas y cáscalas en trozos no muy grandes. Consérvalas en un recipiente con agua fría.
- Una vez que la cebolla esté suave, agrega las patatas escurridas del agua de remojo, agrega la pulpa del pimiento choricero y remueve.
- Cubre agua hasta cubrir las patatas y rectifica el punto de sal. Agrega la que crees que necesita el guiso.
- Cuece a fuego medio-alto con la cazuela destapada durante diez minutos, luego bajas el fuego a temperatura media moviendo la cazuela de vez en cuando sujetándola por las asas.
- A los veinte minutos de cocción las patatas estarán tiernas.
- Mientras se cuecen la patatas, limpia los níscalos cortando el extremo del pie, lava (1) los níscalos en agua fría rápidamente y ponlas sobre papel absorbente de cocina.
- Corta con los dedos los níscalos en trozos medianos.
- Cuando las patatas lleven cociendo diez minutos agrega los níscalos ,las hojas del perejil picadito y termina de hacer el guiso como se ha indicado .
- Una vez hecho el guiso, tapa la cazuela y apaga el fuego. Deja en reposo diez minutos.
- Antes de servir, mueve la cazuela sin destaparla y pasa el guiso a la fuente donde lo vas a servir.