- (*) El salmón fresco deberá ser de la parte central, es decir, la más ancha.
- Pide al pescadero que elimine la piel y la espina central. En casa quita bien el resto de las espinas que están insertadas en el pescado. Ayúdate de unas pinzas para eliminar las espinas.
-Lava los dos trozos de salmón rápidamente con agua fría y sécalos con papel absorbente de cocina.
- Únelos y envuélvelos en papel film apretando mucho. Congélalo durante tres o cuatro días, pero no menos. Es fundamental la congelación para evitar el posible anisakis.
- A los tres o cuatro días y tres horas antes de degustarlo sácalo del congelador.
- Déjalo a temperatura ambiente y a la media hora desenvuélvelo y empieza a cortar la pieza según está en el cortafiambres en lonchitas muy finas. si no tienes cortafiambres, utiliza un cuchillo muy afilado de hoja fina y córtalo en lascas muy finas.
- Cuando ya no puedas cortar más deja diez minutos más para que se vaya descongelando un poco y sigues cortando. Así hasta que termines de cortar todos los trozos.
- Colócalos en una fuente y sazónalos con sal, pimienta negra, aceite de oliva virgen extra y eneldo. Conviene que esto lo hagas una hora y media antes de servirlo.
- Sirve con pan integral tostado, mantequilla y gajos de limón.